Canadá es el país norteamericano que se extiende desde los Estados Unidos en el sur, hasta el círculo polar ártico en el norte.
Las ciudades principales incluyen la mastodóntica Toronto, Vancouver, el centro cinematográfico de la costa oeste, las ciudades de habla francesa Montreal y Quebec, y la capital Ottawa.
Las vastas franjas de naturaleza de Canadá incluyen el Parque Nacional Banff ubicado en un precioso lago en las Montañas Rocosas.
También incluye las cataratas del Niágara, un famoso grupo de enormes cascadas.
Os cuento nuestra experiencias en los distintos viajes realizados a este magnífico país, que me es tan grato.
Como os decía viajar a Canada es algo que nos gusto mucho, sí eres amante de la naturaleza y te gusta la nieve, es un país que enamorara y además engancha.
En nuestro segundo viaje hemos visitado el precioso pueblecito de Banff y el hermoso lago Louise del donde volvimos poco más que enamorados.
El contraste de los pinos de un verde increíble, en la ladera de la montaña como cayéndose en el lago y el increíble color esmeralda de sus aguas crean un paisaje que se te antojara mágico.
También visitamos Toronto, impresionante y mastodóntica ciudad multicultural y para mi gusto enorme.
Ciudad, muy moderna en donde al mirar hacia arriba me sentí personalmente como el pequeño ratoncito Stuart Little.
Fue algo así como mi preparación para la visita de este año a New York.
Montreal es según nuestro parecer una hermosa ciudad, las casas son tipo bostonianas construidas estilo vieja Inglaterra. Hay que subir escaleras para entrar en la casa.
Es una ciudad acogedora y muy cultural, tenemos amigos allí y cada 2 años (de paso a Quebec city) vamos aunque sea una sola noche para cenar con ellos y nos encanta el hecho de poder comprar en Saint Laurent el vino español que más nos guste o nos apetezca en ese momento y degustarlo en el restaurante donde cenamos.
La ciudad de Quebec es para mi la más hermosa del país, adorable con sabor a vieja Francia y es como una postal.
Si lo visitas en Diciembre lo encontraras todo nevado como en las tarjetas postales además de iluminado como en los viejos cuentos de hadas.
Varias son las pistas de patinaje que encontraras en plena calle y mercadillos navideños por doquier.
El viejo Quebec esta amurallado y en un tiempo estuvo cerrado por sus puertas, entre ellas la de Sant Jean que da entrada a la calle más comercial.
Es un sueño andar por esta calle ,es como si te trasportaran a otro tiempo y en cada esquina un pequeño Bistrot para degustar su plato estrella, la Putine, o tomarte una pinta en el Pub
Sant Patrick y una riquísima hamburguesa.Nada que ver con lo que conocemos.
El Castillo, que es una pasada se llama Chateau Frontenac, digno de visitar.
No te esperes una visita como lo entendemos nosotros, es un hotel de la cadena Fairmont y nada tiene que ver con lo que nosotros conocemos como castillo, pero esto no le resta un ápice en belleza.
Es de hecho imponente, dentro hay restaurantes,tiendas,bares,cafeterías y exposiciones además del hecho de ser un lujosísimo y caro hotel.
El Petit Champlain es una calle del viejo Quebec, donde se encuentran pequeñas tiendas artesanales típicas de artículos confeccionados por las tribus autóctonas Amerindias y restaurantes con mucho encanto, sobre todo “ El cochón Dingue”.o cerdito loco.
Bien vale la pena pasear por esta calle y tomar el funicular para volver a subir a la escampada del castillo. Si subes por las escaleras es algo más difícil al menos para los que nos fatigamos.
El antiguo funicular de Quebec es un funicular en el barrio viejo Quebec . Vincula Haute-Ville a Basse – Ville, alta y baja ciudad que incluye sitios como la iglesia de Notre Dame des Victorias de la época colonial, el histórico distrito de Petit Champlain y el mural sobre la historia de su fundación. No olvidemos que estamos en la “cuna de la civilización francesa en América del Norte”
Sobre la plataforma de madera del castillo y cubierto por Metacrilato podrás observar los restos del primer Fortín o Castillo de Sant Louis, se encuentran frente a la isla de Orleans de la que os hablo más abajo y muy cerquita del puerto. Porque el rio Laurent es navegable y viendo este tipo de ríos, uff los nuestro son arroyitos.
En los alrededores de la ciudad de Quebec se encuentra la isla de Orleans, una pequeña isla en medio del río Saint Laurent que toma su cauce en los grandes lagos y remonta hasta el atlántico atravesando la provincia de Quebec.
Se accede a ella únicamente en coche (tal vez algún autobús turístico, no lo sé seguro) a través de un puente colgante y por su única carretera que da la vuelta a la isla. Se tarda aproximadamente 2 horas en realizar la vuelta completa en coche.
Lo más especial de esta isla es su paisaje muy nórdico, muy verde y rural, puntuado de casitas de madera de colores rojos, azules o blancos, tres iglesias y alguna granja.
Este es el destino típico de fin de semana para los habitantes de la ciudad de Québec, la isla ofrece diversas atracciones turísticas como la visita de un viñedo situado sobre una pequeña porción de terreno o la visita de granjas. Además, algunos campos de manzanos proponen que uno entre para recoger manzanas por un precio módico.
En el tiempo de Pommes ( manzanas) en la ciudad existen varios comercios que te invitan a coger manzanas si lo deseas de un cestito puesto en el mostrador, con esta finalidad.
Te las ofrecen gratuitamente !
En la isla de Orleans se encuentran fácilmente restaurantes y alguna tienda de antigüedades, además de algún supermercado.
Este es un viaje que no olvidaras y que repetirás porque queda mucho por ver, por descubrir y te engancha.
Este de este año ha sido mi tercer viaje y volveré en dos años más si dios me da fuerzas.
Otawa es la capital, yo no la conozco es mi destino pendiente.
Visita Canada no te vas a arrepentir.